Siento como late mi alma
sucia y de mal olor,
se envuelven mis deseos
arrimados al fuego desahuciado de los momentos que fueron.
He tomado la daga
con una infinidad de emociones,
cobardemente la he dejado caer.
La decisión engendrada en preámbulos de lujurias
quieren herir a la bestia,
desgarrar la garganta en grito,
despertar mis culpas,
ahogar las débiles fantasías sobre orgías incestuosas
Pausadamente
amo sacrificar tu amor,
con seminales alfombrando la viscosidad
de penas frustradas, enclaustradas de lamentos pegajosos
bajo funestos delirios.
Esta vez iré por tu cabeza,
entre mis dientes
ladra la furia de mis pasiones.
Muerdo la saliva gruesa
excitada por manosear,
castigar,
abandonar,
destruir.
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Cuántas veces has sentido el deseo? para luego reconstruir.
Pintura "El Martirio de San Mateo"
Por Caravaggio
E.
