jueves, 27 de enero de 2011

Soy el incesto de Dios






Llevo la serpiente del incesto
que Dios amo y masturbo

Llevo la semilla
del carroñero.

Decapitado por los delirios,
cavo el descanso
de las huellas del hombre.

No soy vida ni muerte.

Pertenezco al animal
mi sombra.

Llevo la serpiente del incesto
que Dios amo y masturbo.

Llevo la semilla
del carroñero.

La rosa
guarda el secreto de la creación,

Proclama:
vendad a la justicia,
el hombre, la mascota que mato a la razón.

Llevo la serpiente del incesto
que Dios amo y masturbo.

Llevo la semilla
del carroñero.

Carne y sangre,
soy tregua,
Carne y sangre.

Soy el incesto de Dios.


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Poema creado con el fin de ser musicalizado por Pájaro de Mal Agüero, para escuchar descargar link





E.

lunes, 24 de enero de 2011

Teresa Wilms Montt: Belzebuth





Belzebuth



Mi alma, celeste columna de humo, se eleva hacia
la bóveda azul.
Levantados en imploración mis brazos, forman la puerta
de alabastro de un templo.
Mis ojos extáticos, fijos en el misterio, son dos lámparas
de zafiro en cuyo fondo arde el amor divino.
Una sombra pasa eclipsando mi oración, es una sombra
de oro empenachado de llamas alocadas.
Sombra hermosa que sonríe oblicua, acariciando los sedosos
bucles de larga cabellera luminosa.
Es una sombra que mira con un mirar de abismo,
en cuyo borde se abren flores rojas de pecado.
Se llama Belzebuth, me lo ha susurrado en la cavidad
de la oreja, produciéndome calor y frió.
Se han helado mis labios.
Belzebuth. Ha pasado Belzebuth, desviando mi oración
azul hacia la negrura aterciopelada de su alma rebelde.
Los pilares de mis brazos se han vuelto humanos, pierden
su forma vertical, extendiéndose con temblores de pasión.
Las lámparas de mis ojos destellan fulgores verdes encendidos
de amor, culpables y queriendo ofrecerse a Dios; siguen
ansiosos la sombra de oro envuelta en el torbellino refulgente
de fuego eterno.
Belzebuth, arcángel del mal, por qué turbar el alma
que se torna a Dios, el alma que había olvidado las fantásticas
bellezas del pecado original.
Belzebuth, mi novio, mi perdición…


por Teresa Wilms Montt

miércoles, 19 de enero de 2011

Vicios





Hable en su tiempo de prejuicios.

Ideales y conceptos.

Tome el café mas amargo en las esquinas bestiales.

Observe a la gran Meretriz lamiendo el pie derecho de Dios.

Mientras mis manos sangraban por mis creencias.

Sentí el pesado aliento de mis pecados,
baje las escaleras de las ropas más insolentes.

Lave mis ojos hasta agotar mi presente,
cerré heridas,
adore cicatrices,
cogi malformaciones,
suplique un amo cruel que someta mi alma viciosa.



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La necesidad mueve al hombre.

Carencias, deseos frustrados, intenciones… una variedad latente a nuestra visión. Las huidas son necesarias, pero la necesidad continuará ahí, de forma razonable con un deseo de revolcar las bestias que llevamos dentro.

Imposible negar nuestra naturaleza… nuestra verdad muere en cada tiempo y cada espacio.



E-