Recuerdo mis primeras incursiones en el denominado “cine arte”, como olvidar las primeras imágenes de una pequeña embarcación y tomas de primer plano de rostros pálidos, temerosos y angustiados en un gélido mar rodeado de cadáveres flotando, para luego descubrir al engaño que fueron sometidos los protagonistas de manera involuntaria se enfrascaron en problemas políticos, donde su humildad y sencillez se ven aplastadas, anuladas e infringidas por un poder que cree en una verdad interesada y cegada. Desde ese momento quede incrédula, no podía creer el contenido de aquella película, fue aberrante e incomprensible y muchas interrogantes comenzaron a girar en torno a ideales adolescentes de aquellos 14 años, así fue como conocí a Ingmar Bergman, presentado amargamente por su película “La vergüenza”, que trasmitía en ese momento el Canal 2 Rock & Pop. Y claro, ahí estaban Max Von Sydow y Liv Ullman, ambos protagonistas de algunas películas que se encontraban en la biblioteca de mi padre, quien me decía con característica ironía: “no las vean aún, aprovecha y goza tú edad”. Al cabo de un tiempo comprendí sus palabras, hasta hoy no siento arrepentimiento de interrumpir aquel goce ideales infantiles.
Matucana 100, exhibe todos los domingos hasta marzo, un ciclo de Bargman con sus películas representativas y algunas joyitas donde colaboró(ver enlace)
1968, Suecia.
E.
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